
Los primeros años de vida son momentos cruciales para el aprendizaje. A lo largo de su desarrollo los niños adquieren valiosa información proveniente de su contexto, de otras personas y de medios simbólicos. Las imágenes son un tipo particular de medio simbólico a los que los niños están expuestos desde muy temprano en su vida cotidiana a través de distintos soportes. Por ejemplo, las imágenes pueden presentarse en soporte impreso como en dibujos, fotografías, gráficos o en soporte digital como las imágenes de smartphones, cámaras digitales, tablets, y televisores.
En tanto representaciones del mundo, los medios simbólicos actúan como extensión de la mente humana y permiten operar en realidades lejanas e incluso inexistentes en el mundo real. El mundo digital encarnado en las tecnologías de la información y la comunicación ha logrado expandir aún más esta capacidad humana. Aunque es usual desde el sentido común pensar que los niños aprenden de la mera interacción con estos medios simbólicos, dicha afirmación requiere de contrastación empírica e investigaciones profundas.
Es por esto que el objetivo de la presente tesis fue estudiar el aprendizaje de un concepto en la niñez mediado por imágenes digitales e impresas así como el impacto de la instrucción en este proceso. Para tal fin se diseñaron cuatro estudios, tres cuasi-experimentales (1, 1A y 2) y uno ex post-facto.
El Estudio 1 comparó el aprendizaje de niños de 4 años en función del soporte utilizado (libro impreso o libro electrónico) y del tipo de instrucción (con y sin explicación). En función de los resultados obtenidos en este estudio se diseñó el Estudio 1A que incluyó un grupo de niños más pequeños, de 3 años, utilizándose solo el libro impreso. El Estudio 2 indagó el impacto del tipo de instrucción en el aprendizaje (instrucción grabada, instrucción presencial, instrucción guiada en interacción) cuando el niño utiliza una aplicación móvil. Finalmente, en el Estudio 3 se exploraron y describieron los hábitos de uso de tecnología por parte de niños de 0 a 8 años. Los resultados en su conjunto muestran que si bien los niños aprenden a partir de variadas experiencias con imágenes, tanto impresas como digitales de distinta naturaleza, la interacción social cumple un rol protagónico en el aprendizaje.