El agobio de los profesores con las clases online, que admiten más agotadoras que las presenciales

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Las clases en pandemia han seguido gracias a la virtualidad. Sin embargo, dar una educación normal en condiciones que no tienen nada de normal, no ha sido fácil. Y a más de un año, profesores y profesoras admiten una sobrecarga que supera a la de 2020.

Eso le ocurre a Marcela, profesora de Educación básica, que prefiere no dar su apellido, pero admite “ya no doy más”. La educación on line dice es “extremadamente agotadora, el cansancio físico y mental es tremendo, mi vida se basa en estar sentada frente a un computador, dejo de dar clases online y comienzo a preparar las del otro día”. Lo mismo ocurre el fin de semana.

Graciela es otra profesora de Educación Básica, que pide no ser identificada, pero vive una situación similar. “Ya no doy más, me tienen colapsada, estresada, aburrida y desmotivada las conexiones online desde primero básico a primero medio”. Cada día, cuenta, es mayor ese agobio, “en los cursos más grandes le hablas a las pantallas y te desgasta cuando te preguntan ‘¿qué estamos hablando?’, porque te das cuenta que a veces ni siquiera te escuchan”.

Muchos se han convertido en trabajadores sociales improvisados para sus estudiantes. También en psicólogos, ayudándolos a superar la ansiedad, la depresión y aislamiento. Pero eso, dice Marcela, tiene un costo: “Los padres desean que les solucionemos todos sus problemas, 24/7, y no comprenden que también tenemos otro tipo de responsabilidades como nuestros hijos, que cada día quedan más abandonados por la sobre exigencia a la que estamos siendo sometidos”.

El resultado es una constante culpa. No pueden ayudar a sus hijos en las tareas ni en clases. Delegar su responsabilidad de madre a otras personas, no poder acompañarlos como a la mayoría de sus compañeros, explica Marcela, hace que su salud mental se desestabilice cada día, “y ni hablar del nulo apoyo del ministerio que lo único que hace es menospreciarnos y agobiarnos cada día más, sin pensar ni ver la realidad que estamos viviendo”.

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