Manuel Área – La reinvención de los materiales educativos: del papel a las pantallas

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La mayor parte de los aprendizajes que ocurren en los contextos escolares tienen lugar a través de artefactos o materiales didácticos. Estos pueden variar desde objetos manipulativos como son los juguetes, las regletas, las maquetas, … hasta entornos digitales multimedia y/o virtuales. Pero son los libros en sus distintos formatos impresos (libros de texto, enciclopedias, cuentos,…) el tipo de tecnología dominante en las aulas a pesar de que las tecnologías digitales empiezan a ser habituales en los salones de clase.

Los libros de texto son el material didáctico de la escuela decimonónica

En esta segunda década del siglo XXI estamos asistiendo al final de la hegemonía o monopolio de la cultura del papel (libros, periódicos, enciclopedias, informes, formularios…) como canon de referencia del saber, del registro de la información y para la difusión y acceso a la cultura. Este fenómeno está ocurriendo en todos los ámbitos sociales y aunque en la escuela este proceso es lento, su avance es inexorable. Actualmente, gran parte de los docentes y los estudiantes son usuarios habituales de estas tecnologías fuera de la escuela y, podemos considerarlos como ciudadanos conectados y consumidores habituales de cultura y servicios digitales en su vida cotidiana. Por otra, la entrada masiva de las TIC en los salones de clase y la conectividad de los centros a Internet impulsada por las políticas educativas del modelo 1:1 (PLANIED-Conectar Igualdad en Argentina, Plan Ceibal en Uruguay, http://www.enlaces.cl/, en Chile, entre otros.) están facilitado que las TIC estén en manos de los niños y maestros.
Ante este nuevo panorama en el que las escuelas empiezan a llenarse de artefactos conectados a la Red muchos afirman que el libro de texto, en papel, empieza a ser un material didáctico obsoleto y poco útil para las necesidades formativas de los escolares que habitan la sociedad digital. ¿Por qué?

En primer lugar, porque el libro de texto es un artefacto nacido de la lógica de la cultura impresa ilustrada que imita el formato de una enciclopedia decimonónica. El libro escolar es conocimiento empaquetado, encerrado y estructurado en un soporte de papel. En segundo lugar, porque la naturaleza pedagógica de este material didáctico está concebida para desarrollar en el aula una metodología didáctica basada en un proceso de presentación o exposición del conocimiento que el alumno adquiere a través de la recepción del mismo bien escuchando las explicaciones del docente, bien leyendo sus páginas, bien cumplimentando los ejercicios que propone. En tercer lugar, el libro de texto como producto industrializado de consumo educativo, encierra un proyecto curricular homogéneo y estandarizado para todos los estudiantes sin tener en cuenta las variantes geográficas, culturales, individuales o sociales de los mismos.

La escuela digital del S. XXI necesita reinventar su material didáctico.
Los nuevos curricula para el aprendizaje en el S. XXI reclaman educar para el desarrollo de competencias clave o relevante para desenvolverse exitosamente en la ciudadanía de la sociedad diversa, compleja y digital (véase el informe de la UNESCO Replantear la educación). Entre las competencias que debe enseñar la escuela digital se señala que debe enseñarse a saber buscar y localizar información en la Red, producir y difundir contenidos, intercambiar, comunicar y colaborar con otros a través de entornos en línea, desarrollar pensamiento crítico, innovación y creatividad para la resolución de situaciones problemáticas, dominar los lenguajes y formas expresivas hipertextuales y multimedia, o desarrollar el pensamiento computacional, entre otras. De modo similar, el documento sobre Competencias de la ciudadanía digital en Europa, es coincidente en estos planteamientos.
En una investigación que actualmente estamos desarrollando desde el Laboratorio de Educación y Nuevas Tecnologías (EDULLAB) , financiada por el Plan Nacional de I+D+i de España sobre la escuela digital y los recursos educativos, planteamos que la reinvención de los materiales didácticos no sólo consiste en pasar del soporte papel a la pantalla ni en enriquecer o añadir hiperenlaces y videos a los textos escritos. La reinvención debe ser más profunda, radical y pedagógicamente innovadora. En pocas palabras pudiéramos indicar que la nueva generación de materiales didácticos para la escuela de la sociedad digital tendría que caracterizarse por los siguientes rasgos:
– Ser materiales multimedia, es decir, que combinen y representen la información mediante múltiples lenguajes o formatos de representación como son los textos, los hipertextos, las animaciones, los esquemas y gráficos, los audiovisuales.
– Ser materiales interactivos de forma que los mismos reaccionen a las acciones que realice el alumnado sobre los mismos. En este sentido, la presentación de actividades interactivas diseñadas bajo la lógica de la gamificación debiera ser una característica central de los mismos.
– Ser materiales flexibles y personalizables. Frente a la rigidez y estructuración de los materiales impresos o audiovisuales analógicos, la digitalización permite que el profesor pueda reconfigurar, readaptar y modificar cualquier material didáctico para adecuarlo a su alumnado o situaciones de clase.
– Ser materiales sociocomunicativos, que incluyan y permitan al interacción social y comunicativa entre los estudiantes (trabajo colaborativo) y entre éstos y su docente (tutorización).

En definitiva, la función o papel del material didáctico digital debe caracterizarse por ser un provocador de experiencias de aprendizaje valiosas y significativas para la apropiación y reconstrucción del saber por el alumnado, más que ser un mero soporte transmisor de contenidos o saberes como son los textos escolares.
Hemos encontrado que existen distintos tipos de materiales (también conocidos como objetos digitales de aprendizaje) que varían en función de su alcance o complejidad: desde las microactividades (ejercicios de puzzles, de seriaciones, de crucigramas, test online …) hasta proyectos educativos a ser desarrollados durante un periodo o unidad de un tiempo escolar amplio o incluso paquetes de materiales didácticos en línea (a modo de entornos digitales de aprendizaje) para todo un curso académico.

Ante la generación de estos nuevos materiales educativos en línea, surgen también nuevos problemas. Uno primero es la falta de competencia tanto digital como pedagógica del profesorado para utilizarlos adecuadamente. La escuela digital requiere nuevas funciones y competencias profesionales docentes, (buscar y seleccionar el material apropiado en la red, crear entornos de aprendizaje en línea para sus estudiantes, producir objetos de aprendizaje con las múltiples herramientas o aplicaciones en formatos multimedia, planificar y desarrollar tareas con TIC en el aula, comunicarse con las familias a través de redes, publicar blogs de aula, etc-).

Otro problema tiene que ver con el intercambio, la colaboración y el trabajo en equipo entre los profesores. En este sentido, es muy relevante la constitución de redes profesionales o comunidades docentes en línea. El apoyo mutuo, la comunicación y el encuentro virtual son escenarios que, seguramente, en los próximos años vayan consolidándose como experiencias profesionales del profesorado.

También es necesario hacer referencia a la problemática de los derechos de autor, y en particular a los copyright de los materiales. Actualmente en la red podemos encontrar materiales de acceso libre en portales o plataformas impulsadas por las administraciones públicas gubernamentales y por otra, materiales que requieren el pago por licencias de acceso y utilización ofertados por plataformas de empresas comerciales editoras de material didáctico. Me imagino que en el futuro se consolidará la coexistencia de ambas. Lo importante no es si el material didáctico es de papel o se visualiza en las pantallas, sino en la pedagogía implícita que está en su diseño y uso didáctico.

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“Libros” by David Lacarta is licensed under CC BY 2.0

FOTO 2
Bankof America Tower By Adam Simmons is licensed under CC BY 2.0

 

Fuente: https://manarea.webs.ull.es