A partir de los acontecimientos ocurridos en Francia, donde el Ministerio de Educación prohibió el uso del celular en el sistema escolar y universitario, señalo que es una medida radical y arcaica, ya que no estamos desarrollando lo esencial para una sociedad que evoluciona: enseñar. Cuando estamos frente a una situación compleja, siempre la solución es de qué forma podemos enseñar o guiar a la sociedad para que no sucedan situaciones incorrectas como la falta de interacción y las actividades al aire libre (que es lo planteado por Francia). Hay que pensar ¿por qué sucede esto? y ¿qué tendríamos que hacer como sociedad para mejorarlo? Claramente, la prohibición no es la solución. Hay estudios desde la psicología clínica que señalan que la prohibición de cualquier actividad o recursos a la persona, genera mayor adicción y depresión al no tenerlo. Cuando el Ministro de Educación señala que hay aislamiento, claramente no sabe que hoy hablamos de un momento social hiperconectado, donde nuestra relación social pasó del físico al virtual, lo que hace una evolución social, por lo que deberíamos caminar hacia ello y no prohibirlo. Es como si en la época en que se creó la televisión, nos hubiesen prohibido usarla para no “embobarnos” con ella, pero nadie la prohibió… ¿Por qué el celular sí?
Claramente y espero que no se replique en Chile ni en ningún país, porque es no es la solución. Todos los países deben educar y enseñar a usar un aparato móvil. En el sistema educativo asumimos de mala forma que los jóvenes saben utilizar los smartphones, cuando en su mínima expresión, sólo saben llamar e ingresar a las redes sociales. Pero ¿saben descargar una app o generar un rediscado directo? ¿Saben que pueden tener acceso a otro tipo de contenido, más allá de los videojuegos? Además, dentro de las competencias digitales que todo estudiante (escolar y universitario) debe tener, está el uso del aparato móvil inteligente, donde debe ser capaz de usarlo como un recurso potente de aprendizaje, toda una enciclopedia en sus manos y un posible instrumento de evaluación.
Nuestra realidad en Chile es aún “una molestia”, de menor injerencia en el sistema escolar porque en muchos de los cursos, los menores no todos tienen celular. Algo diferente ocurre en el nivel universitario, donde un docente podría ingresar a una sala de clases con el 80% de los estudiantes con el celular en la mano o en la mesa durante toda la clase. Es parte de la realidad y no se ve solo en las salas de clases, sino que en los pasillo y hasta en las calles. No hay que desconocer, que es una realidad internacional, no sólo de nuestro país, que si no nos hacemos cargo potenciando su uso en el sistema educativo y en la vida cotidiana, nos encontraremos con situaciones mucho más complejas en el futuro.
¿Qué acciones debemos tomar? Educar desde la infancia en el autocontrol del uso de tecnología cuando se debe, discernimiento para ello, ya que es parte de las competencias digitales que nuestro país propone. En nuestra institución, se ha comenzado a utilizar en las clases y también se da momentos para guardarlo. Si le solicitamos al estudiante que el celular se encuentre en la mochila, entonces es porque la clase será interesante y activa, para que su tiempo sin el aparato sea para reflexionar analizar y debatir con sus compañeros. En otro momento se puede utilizar como apoyo bibliográfico (lectura de artículos evitando la impresión), búsqueda de conceptos en base de datos, entre otros.
En la Facultad de Educación de la Universidad San Sebastián (institución en la cual trabajo), hemos comenzado a trabajar con talleres para docentes y estudiantes para comenzar a usar el celular como recurso de aprendizaje, donde por ejemplo, el docente tiene un grupo de conceptos claves que irá entregando durante la clase para que los estudiantes vayan buscando en su momento en sus fuentes bibliográficas o bases de datos, de esa forma tenemos presente en la clase a ese estudiante que está conectado al celular; podemos obtener de inmediato el significado a conceptos claves que se estén abordando y, de paso, le enseñamos la habilidad de búsqueda efectiva en la web. En otro caso, usamos el celular para evaluación formativa con app como Kahoot! o Plickers, ideales para obtener datos de inmediato de si se comprende lo tratado en clases o el docente debe explicar nuevamente un concepto poco entendido por el grupo curso.
Hoy en día, los celulares son un factor que distrae, pero no sólo a los jóvenes, sino que a la sociedad en general, porque no se le ha enseñado el autocontrol ni el cuándo y cómo usarlo. Pocos muestran el potencial que el celular posee en educación. Anteriormente dije un mínimo de ejemplos, pero que son muy potentes para lograr los aprendizajes con mayor efectividad. Un docente que recibe feedback inmediato de lo planteado en su clase, es fundamental para que tome una decisión pedagógica efectiva, reafirmando o reexplicando cierto contenido que no se comprendió del todo. ¡Sin duda, una gran herramienta!
Ángela Guzmán Michellod
Directora de Pedagogía – sede Santiago
Facultad de Ciencias de la Educación
Universidad San Sebastián